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Cristina Kirchner: una política presa

CARACAS.- “No se trata de justicia”, se esgrime en un comunicado muy reciente de la República Bolivariana de Venezuela, que pregona a los cuatro vientos que en este país no hay presos políti...

Cristina Kirchner: una política presa

CARACAS.- “No se trata de justicia”, se esgrime en un comunicado muy reciente de la República Bolivariana de Venezuela, que pregona a los cuatro vientos que en este país no hay presos políti...

CARACAS.- “No se trata de justicia”, se esgrime en un comunicado muy reciente de la República Bolivariana de Venezuela, que pregona a los cuatro vientos que en este país no hay presos políticos sino políticos presos. Justamente, esa es la situación en que se encuentra Cristina Kirchner, dos veces presidenta de la Argentina, como resultado de un juicio que la condenó por defraudación al Estado. El juicio de la causa Vialidad comenzó hace 17 años, no estaba Javier Milei ni en el horizonte, tampoco estaba Nicolás Maduro en Miraflores.

La Corte Suprema de Justicia, máxima instancia judicial, confirmó las condenas previas de un tribunal oral y de la Cámara de Casación.

En el tránsito judicial, el delito inicial que se juzgaba de asociación ilícita para robarle dinero al Estado fue modificado al de defraudación al Estado, lo que rebajó la pena de 12 a 6 años. La inhabilitación política perpetua es una consecuencia automática establecida en el Código Penal para los condenados por tal delito. No es, por tanto, a criterio de los jueces.

La defensa de Kirchner, jurídica y política, nacional e internacional, como ese lastimoso comunicado de la dictadura venezolana, argumenta que es una víctima del lawfare, el uso de la justicia para fines políticos. Lo que repite Rafael Correa, prófugo de la justicia ecuatoriana. Lo que en su día se propagó en torno a los procesos contra Lula da Silva, que lo llevaron a la cárcel. También más al norte se recurre a un expediente similar.

La señora Kirchner, como otros mandatarios, ha ejercido su defensa en todas las instancias previstas por el ordenamiento jurídico de su país. Y aún promete más guerra, acudiendo al escenario internacional.

Tuvieron que pasar 17 años para que pudiera llegarse a una condena firme. ¿Cuántos ciudadanos acusados de delitos, ciertos o falsos, de menor cuantía para las arcas de un país, pueden postergar por tanto tiempo un veredicto final? ¿Será el fin del liderazgo político de Kirchner o su rol de víctima impoluta le terminará dando mayor rédito?

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/editoriales/cristina-kirchner-una-politica-presa-nid15062025/

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