Cómo construir una jubilación digna sin magia ni milagros
En Argentina, hablar de jubilación suele generar más dudas que certezas. Cuánto se cobra, cómo se calcula y, sobre todo, si alcanzará para mantener el nivel de vida actual son preguntas que ta...
En Argentina, hablar de jubilación suele generar más dudas que certezas. Cuánto se cobra, cómo se calcula y, sobre todo, si alcanzará para mantener el nivel de vida actual son preguntas que tarde o temprano todos nos hacemos. Lo cierto es que, en un contexto de alta informalidad laboral y escasa educación financiera, pensar el retiro es un desafío pendiente.
Tres voces ayudan a entender el panorama y a proyectar un futuro más previsible: Silvia Stang, editora de Economía en La Nación y especialista en temas previsionales; Maximiliano Donzelli, Head de Inversiones en IOL Inversiones; y Flavia Núñez, experta en seguros de retiro.
El punto de partida es conocer cómo funciona el sistema previsional. Según Silvia Stang, la fórmula combina dos componentes: “Cuando alguien se jubila, hay una prestación básica universal, que es un monto fijo —actualmente de alrededor de 146.000 pesos—, y una prestación proporcional a los años de aportes y al promedio salarial de los últimos 120 meses con contribuciones”.
En Argentina, quienes trabajan en relación de dependencia aportan el 11% de su salario, al que se suma el 3% para la obra social y otro 3% destinado al PAMI. El empleador, además, realiza una contribución adicional. Pero el problema estructural va más allá de los porcentajes: “La mitad de la población no tiene aportes registrados. Esa es la gran grieta del sistema y el motivo por el cual existen las moratorias”, advierte Stang.
A modo de ejemplo, hoy, siete de cada diez jubilados accedieron a su prestación gracias a esas moratorias. Por eso, incluso quienes aportan regularmente deberían pensar en mecanismos complementarios para garantizar su futuro ingreso.
Ante la incertidumbre del sistema previsional, Maximiliano Donzelli sostiene que las inversiones son una herramienta fundamental: “Cada vez es más necesario complementar la jubilación. Cuando uno invierte, está comprando algo tangible. En cambio, la jubilación depende de que los activos del sistema alcancen para sostener a los beneficiarios”.
En este sentido, pensar en el largo plazo implica comprender el poder del interés compuesto, ese mecanismo que permite que el dinero crezca de forma exponencial. Donzelli lo resume con un ejemplo simple: “Si invertís 100 y obtenés un 10% anual, al año siguiente ya no invertís 100, sino 110. Esa ganancia vuelve a generar rendimiento, y así se multiplica con el tiempo. Es la magia de las grandes fortunas: dejar que el tiempo haga su trabajo”.
El panorama previsional actualEl incentivo por la inversión nace del contexto actual del nivel de jubilaciones. El monto promedio de las que no tuvieron moratoria ronda los 800.000 pesos, cifra que difícilmente alcanza para cubrir los gastos de una vida activa. “La informalidad laboral es el gran problema. Por eso, el sistema necesita empezar a valorar los años efectivamente aportados, aunque no se llegue a los 30 requeridos, y otorgar prestaciones proporcionales”, explica Stang.
En el caso de los monotributistas, el panorama es aún más complejo. “Tres de cada cuatro están en las categorías más bajas y aportan entre 13.000 y 16.000 pesos mensuales, lo cual genera un futuro beneficio muy limitado”, advierte.
Una de las alternativas más consolidadas para complementar la jubilación son los seguros de retiro, disponibles en el país desde 1987. Según Flavia Núñez, “se crearon específicamente para generar un fondo que complemente la jubilación estatal. Se puede hacerlo de forma individual o a través de la empresa, con aportes mensuales que se convierten en una renta cuando la persona se retira”.
El ahorro puede hacerse en pesos o en dólares, y la ventaja es que funciona como un mecanismo de orden financiero. “Normalmente uno gasta y recién después se fija cuánto le sobró para ahorrar. Con el seguro de retiro, la ecuación se invierte: primero ahorrás y después gastás”, explica Núñez.
Además, la modalidad es flexible. Si en algún momento no se puede continuar con los aportes, no se genera deuda ya que se trata de un ahorro voluntario y no de una obligación.
La importancia de empezar tempranoCuanto antes se comience, más fácil resulta construir un fondo sólido. Núñez lo ejemplifica con cifras: “Por cada 100 dólares mensuales aportados, a los cinco años se pueden tener unos 7.000; a los diez años, 15.000; a los veinte, 40.000; y si se empieza a los 40 y se aportó durante 25 años, ese monto puede llegar a 70.000 dólares”.
Además, los seguros de retiro permiten retirar el capital de una sola vez o convertirlo en una renta mensual. En cualquier caso, su lógica es la misma: transformar el ahorro en una herramienta concreta para el futuro.
Para Donzelli, la estrategia más inteligente es diversificar. “No hay que invertir todo en Argentina. Ya tenés tu casa, tu sueldo y tu jubilación acá, así que estás muy expuesto al riesgo local. Lo ideal es tener parte del ahorro en otros países”.
Esa diversificación puede lograrse sin salir del país, a través de CEDEARs o ETFs, instrumentos que permiten invertir desde Argentina en acciones y fondos de mercados internacionales. “El índice S&P 500 o el Nasdaq son buenas alternativas para quienes buscan crecer en el largo plazo”, sugiere.
La clave, dice, está en la constancia: “Invertir todos los meses, aunque sea poco. No se trata de acertar el mejor momento, sino de tener un plan y sostenerlo en el tiempo”.
Para Silvia Stang, la planificación financiera para la jubilación no se trata solo de números. “Hay que tener conciencia: saber cuáles son tus ingresos, tus gastos y tu capacidad real de ahorro. También conocimiento, para entender las opciones disponibles y cómo funcionan. Y, sobre todo, equilibrio: disfrutar del presente sin dejar de pensar en el futuro”.
En la misma línea, Núñez agrega un mensaje simple pero contundente: “Hay que empezar ya, no importa la edad. Un pequeño ahorro mensual puede marcar una gran diferencia el día de mañana”.