Combinación mortífera: las dos variables que llevaron a la “debacle” a una joya de la exportación
La campaña 2024/25 de arveja no dará como resultado una buena cosecha. Los rindes son muy variables y las principales causas de ese comportamiento fueron los excesos de lluvias y los ataques fún...
La campaña 2024/25 de arveja no dará como resultado una buena cosecha. Los rindes son muy variables y las principales causas de ese comportamiento fueron los excesos de lluvias y los ataques fúngicos que, combinados, provocaron pérdidas totales de plantas en los bajos o desarrollo débil en los sectores que sufrieron encharcamientos prolongados. La arveja es un cultivo de invierno que se siembra para diversificar la cosecha fina e incrementar ingresos, pero en esta campaña este propósito no se cumplió. Como producto de exportación, China es el primer cliente de este producto.
“En los lotes implantados con arveja en la campaña 2024/25 se puede observar un gradiente de situaciones: en las lomas, las abundantes lluvias permitirán alcanzar rendimientos de tendencia; mientras que en las zonas bajas se registraron pérdidas totales por excesos hídricos. Entre ambos extremos, se presentan situaciones intermedias caracterizadas por un desarrollo muy deficiente de las plantas”, distingue Martín Schmid, productor de O’Brien, en el partido de Bragado.
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“La arveja es un cultivo particularmente sensible al exceso de agua y, en condiciones normales, completa su ciclo con buenos rendimientos con precipitaciones del orden de 300 a 350 milímetros. Sin embargo, en varias zonas, especialmente en la núcleo, se acumularon alrededor de 200 milímetros por mes durante el invierno y la primavera, lo que desencadenó una debacle productiva en muchas empresas”, afirma Adrián Poletti, titular de la consultora homónima.
Schmid señala que “hay sectores completamente perdidos en los lotes y otros con desarrollo muy pobre, lo que anticipa rendimientos muy bajos debido a la disminución del stand de plantas y a la aparición de enfermedades fúngicas”. Sobre un rendimiento tendencial cercano a los 20qq/ha, estima cerrar la campaña con 12 a 13.
El empresario no recuerda un año con un impacto tan severo por anegamiento y ataques de enfermedades criptogámicas. “Ante un comportamiento climático anómalo, los cultivos también respondieron de manera atípica; la campaña se caracterizó por lluvias torrenciales, episodios de calor intenso y fríos fuera de época”, rememora.
Por su parte, Poletti agrega que, “en muchos lotes, los problemas productivos comenzaron en la siembra con exceso de humedad en invierno”.
“La situación se agravó en agosto, con lluvias persistentes que afectaron el funcionamiento del inoculante, lo que comprometió la provisión de nitrógeno a las plantas. Durante los estados vegetativos las precipitaciones continuaron y favorecieron la aparición de enfermedades, lo que obligó a realizar dos aplicaciones de fungicidas”, dijo.
El resultado de esta combinación —excesos hídricos y ataques fúngicos— fueron lotes muy desparejos, con sectores altos que podrán alcanzar 30qq/ha y otros con apenas 5qq/ha.
Los peores rendimientos se evidencian en lotes con historia de cultivo reciente de arveja. “Teníamos entendido que tres años de intervalo entre arvejas era suficiente para reducir la presión de enfermedades, pero lo que ocurrió este año nos obliga a pensar en periodos mayores, de cuatro a seis años”, entiende Gabriel Busson, gerente de producción de El Hinojo, una empresa que siembra 40.000 hectáreas de granos finos y gruesos en Entre Ríos.
“Las patologías fúngicas predominantes correspondieron al complejo Ascochyta, que se manifestó en forma temprana y obligó a pulverizaciones inmediatas. Hacia el final del ciclo apareció el oídio, que blanquea las plantas y no hay control químico posible una vez instalado. Su ataque interrumpe la fotosíntesis y afecta el llenado de los granos”, relata Poletti.
Como síntesis de la campaña indica que “en los sectores inundados no hubo posibilidad de recuperación de las plantas; en áreas con anegamiento temporario sobrevivieron, pero el rizobio no, lo que provocó deficiencias de nitrógeno y plantas de poco desarrollo”.
En esos casos, los rendimientos quedarán muy por debajo del promedio histórico. En comparación con la campaña pasada —en la que se registraron muchos lotes de 28qq/ha— según Poletti este año los rendimientos caerían a 16–18qq/ha en planteos de buena tecnología y a 10qq/ha o menos en sistemas de menor inversión.
La calidad del grano también será objetable debido a cosecha con humedad elevada y cultivos revolcados, con incorporación de tierra al grano, lo que puede resultar en descuentos si no se cumplen los parámetros exigidos de calidad.
Por su parte, en El Hinojo, en Entre Ríos, sembraron variedades de arvejas invernales y primaverales amarillas. “Los cultivares invernales fueron los más afectados por enfermedades fúngicas, combinadas con un golpe de calor de una semana coincidente con el llenado del grano”, recuerda Busson.
El principal hongo responsable de los daños fue Ascochyta, que redujo significativamente los rendimientos aún en lotes bien implantados con semilla e inoculante de calidad. Además, el “veranito” durante el llenado del grano redujo drásticamente el peso de 1000 granos, que cayó a 160 gramos frente a los 250 gramos de la campaña anterior.
ComercializaciónEl principal destino de la arveja argentina es la exportación, con China como principal comprador, donde se utiliza para conservas y snacks. Le siguen Brasil y Senegal. La demanda externa oscila entre 200.000 y 230.000 toneladas anuales, mientras que la industria interna consume unas 20.000 toneladas entre arveja enlatada y partida. “El consumo de legumbres en la Argentina es muy bajo, de alrededor de un kilogramo por habitante por año”, lamenta Poletti.
La arveja no cuenta con cotizaciones en mercados formales; por lo general, la comercialización se realiza mediante acuerdos entre productores e industriales o exportadores. “En estos días, Agricultores Federados Argentinos (AFA) ofrece 360.000 pesos por tonelada. También operan compradores como Curcija, Areco Semillas y traders de Rosario”, enumera Schmid.
Habitualmente, los adquirentes establecen las condiciones de calidad de la mercadería con un contrato y la mayor parte de lo comprado se destina a exportación hacia India como arveja amarilla. También existe comercialización de arveja verde mediante contratos específicos con enlatadores. Schmid recomienda evitar entregas en el momento de cosecha sin contrato, ya que ello suele derivar en fuertes castigos de precios. Durante este mes se está por aprobar un Estándar Nacional de Calidad para la arveja, que unificará los criterios de recibo de la mercadería en toda la cadena.