Generales Escuchar artículo

Cero plástico: macetas, tutores y sustratos que podés cambiar para plantar sin contaminar

Durante años, para hacer jardinería fue indispensable rodearse de plástico: macetas negras que se quiebran al sol, bandejas de almácigos de un solo uso, tutores sintéticos, bolsas de sustrato ...

Cero plástico: macetas, tutores y sustratos que podés cambiar para plantar sin contaminar

Durante años, para hacer jardinería fue indispensable rodearse de plástico: macetas negras que se quiebran al sol, bandejas de almácigos de un solo uso, tutores sintéticos, bolsas de sustrato ...

Durante años, para hacer jardinería fue indispensable rodearse de plástico: macetas negras que se quiebran al sol, bandejas de almácigos de un solo uso, tutores sintéticos, bolsas de sustrato universal que no se sabe muy bien qué contienen... Todo verde por fuera, pero con una huella gris por detrás.

La buena noticia es que existe otra forma de cultivar. Más limpia, más consciente, más coherente con la vida que intentamos fomentar.

Un jardín sin plástico no solo es posible: es más lindo, más duradero y mucho más coherente con el verde que intentamos fomentar.

Macetas que desaparecen

Las macetas biodegradables son cada vez más accesibles. Las de fibra de coco, cartón reciclado o pasta de papel no solo reducen residuos: permiten plantar directamente sin trasplante, evitando el estrés radicular.

También podés fabricar tus propias versiones a partir de envases compostables, diarios viejos o cartón sin tinta. ¿Plástico? Solo si es reutilizado muchas veces o recuperado.

Y para exteriores, vale explorar otro camino: jardinería sin maceta, directamente en el suelo o en canteros construidos con materiales nobles (madera reciclada, ladrillos, piedra local, restos de poda).

Tutores con alma vegetal

En lugar de usar varillas plásticas o metálicas recubiertas de polímero (esas que parecen durar siglos sin descomponerse), se puede recurrir a ramas secas, cañas, varas de poda o incluso bambú.

En invierno, la poda de ligustros, acacias o falsas cañas urbanas se convierten en un recurso gratuito. Solo hace falta curar la madera al sol unos días y elegir la forma y alto adecuado para cada planta.

Compostar es desobedecer

El compostaje doméstico no es solo una forma de reducir residuos: es un acto de soberanía sobre el ciclo de la materia.

Todo lo que se produce en el jardín —ramas, hojas, flores marchitas— y buena parte de lo que sale de la cocina, puede volver al suelo como alimento.

Menos bolsas, menos sustratos de origen incierto, menos necesidad de fertilizantes comerciales. Solo hace falta un rincón (o un balde con ventilación) y entender que el olor a tierra es señal de vida, no de suciedad.

Algunas ideas que funcionan Almácigos en cáscaras de huevo, tubos de cartón o bandejas de papel prensado. Mulching con hojas secas o pasto cortado en lugar de film agrícola. Fertilizantes caseros como el extracto de ortiga o purín de banana. Recuperación de baldes viejos, cajones de verdulería o latas grandes como contenedores.

Humedales en casa: cómo crear un jardín palustre para polinizadores y anfibios

Hacer jardinería sin plástico no es una moda, es coherencia. Entre tanto verde envuelto en polímero, elegir materiales nobles, biodegradables o reciclados es un gesto de respeto al suelo y de inteligencia práctica.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/revista-jardin/cero-plastico-macetas-tutores-y-sustratos-que-podes-cambiar-para-plantar-sin-contaminar-nid01112025/

Volver arriba