Cartas de lectores: La hora de la reconciliación, lectura, mea culpa compartido
Carta de la semanaLa hora de la reconciliaciónSr. Presidente, ha llegado la hora de la reconciliación con todos los sectores que han sido o fueron afines a sus ideas y lo acompañar...
Carta de la semana
La hora de la reconciliación
Sr. Presidente, ha llegado la hora de la reconciliación con todos los sectores que han sido o fueron afines a sus ideas y lo acompañaron: varios gobernadores y los Macri. entre ellos. Es hora de sumar y dar libertad de acción para las necesarias negociaciones en todos los espacios para terminar de alcanzar los objetivos que harán grande a nuestra Argentina. Créame, muchos que lo hemos votado veríamos con sumo agrado que vuelva a darle a Victoria Villarruel el lugar y el trato de cortesía que se merece. Decía Winston Churchill: “En la victoria, magnanimidad; en la paz, buena voluntad”.
Jorge Augusto Cardoso
DNI 7.784.561
Lectura
Son las elecciones la expresión más genuina de la voluntad popular. Sirven para plasmar la aceptación o el repudio de la gestión de un gobierno, calibrando sus aciertos e intenciones. Su lectura es muy diversa. A mi entender, por su magnitud, nace con La Libertad Avanza un gran movimiento nacional que diluye el protagonismo de partidos políticos y agrupa a sus integrantes bajo el liderazgo indiscutible de Milei. Ha quedado demostrada la extrema polarización entre los que, más allá de matices, quieren un sistema republicano y los que lo denostan. No hay avenidas del medio, de ahí el fracaso de Provincias Unidas. La segunda etapa está en marcha y el Gobierno tendrá en el Congreso la representación necesaria para culminar las grandes reformas que ha prometido y que seguro cumplirá. Mucho se han criticado sus formas, pero estas pueden cambiar o adaptarse. Lo importante son los logros y estos están a la vista y se profundizarán.
Juan Carlos Cornejo
cornejo13.jc@gmail.com
Mea culpa compartido
Quiero felicitar por sus palabras al lector Esteban Louge por su agradecimiento al Sr. Presidente y su mea culpa por no haber hecho mucho más que protestar a lo largo de su extensa actividad laboral. Debo decir que hemos sido muchos los que así actuamos, dejando el camino fértil para que los “vivillos” se apropien del Estado para su propio buen vivir, mientras el grueso de la población tuvo que penar durante la mayor parte de su vida, sean mayores o no tanto.
Espero y deseo que las personas jóvenes y de mediana edad traten de involucrarse más en la cuestión pública, con ambición sana y deseo de servir. El potencial del país es enorme, solo falta encaminar bien las virtudes y fortalezas.
Andrés Heffesse
DNI 10.424.276
Palabras desafortunadas
Me parecen desafortunadas y tendenciosas las declaraciones del presidente de la Conferencia Episcopal y arzobispo de Mendoza. Especular con sospechas sobre el auxilio financiero por parte de los Estados Unidos, entre otros conceptos, revela una mirada que nada aporta al bien común. Lamento que un representante de nuestra Iglesia, con tan alta jerarquía, se exprese en términos que contradicen el mensaje evangélico. Las pasadas elecciones han superado una dura prueba y confirman la voluntad de los argentinos de dejar atrás la mediocridad y la corrupción. Modestamente, creo que, por lo que representa, sería deseable una mayor prudencia en sus palabras y no subestimar a sus “hermanos” en la fe ni al pueblo que busca un camino distinto.
Enrique T. Vidal Bazterrica
Un gracias sin banderas
Solo quiero decir gracias al pueblo de la Nación argentina, que decidió tomar distancia de la vieja política. A ese pueblo que no se dejó seducir por eslóganes ni por promesas sin sustento. A ese que eligió no ser “cordobés”, “porteño” o de tal provincia… sino, sencillamente, argentino. Gracias a quienes confían, inspiran y contagian entusiasmo, más allá de ideologías, partidos o pasado. Gracias porque me devolvieron la esperanza en el pueblo y en mí mismo. Había perdido la fe que tantísimos nunca abandonaron. Gracias por defender, con coraje y convicción, el interés común: nuestro futuro. Gracias por patear el tablero y dejar perplejos a los soberbios de siempre.
No es al Sr. Presidente ni a su equipo a quienes hoy quiero agradecer –aunque me alegre por ellos–, sino a nuestro querido pueblo, que desde las urnas devolvió el ánimo y la fe a quien esto escribe.
Gracias.
Aldo Cristian Alí
DNI 21.024.508
No más listas sábana
Mucho se ha dicho ya sobre los enormes beneficios de la boleta única de papel (BUP). Quizás sea el momento oportuno de ir por más y desterrar de una vez por todas las nefastas listas sábana, que esconden a tanta gente siniestra que termina ocupando un asiento en el Honorable Congreso de la Nación.
Mariano Maurette
DNI 14.043.958
Un acto de fe
Desde que tengo memoria, mis padres me dicen: “Delfi, estudiá inglés para poder irte de acá”. De chica no lo entendía; después lo repetía sin pensarlo. Hoy lo entiendo, porque lo vivo. Vivir en la Argentina es convivir con la incertidumbre. Crecer escuchando que “el país está mal” se vuelve costumbre. Aprendemos a esperar que lo bueno dure poco, a aceptar que todo cambia, pero nada cambia del todo. Los nombres, las promesas, los discursos se renuevan, pero el fondo siempre es el mismo. A los 18 años te piden que elijas una carrera, como si uno ya supiera quién es. ¿Cómo planifico un futuro cuando el presente se vuelve incierto? Hablo con mis amigos y todos coincidimos en lo mismo: irnos del país. Y lo decimos con pena, porque queremos nuestras costumbres: los mates en la plaza, los asados de los domingos, las calles llenas de vida, los recitales con amigos. Queremos eso, lo que nos hace sentir en casa. Pero igual nos queda esa pregunta dando vueltas: ¿vale la pena seguir acá?
Hoy, para vivir tranquilo, no basta con esforzarse: hay que ser “vivo”, tener “cintura”. Proyectar una vida acá se volvió un acto de fe. Crecer en la Argentina es aprender a aguantar, a no rendirse y a seguir creyendo que algo puede cambiar.
Delfina Aflalo Carraro
Jugadores de tenis
A raíz de la declaración de una periodista sobre el nivel intelectual de los jugadores de tenis, me gustaría realizar las siguientes aclaraciones: Agustín Calleri asumió la presidencia de la Asociación Argentina de Tenis en mayo de 2018. Juntamente con el secretario de la AAT, Dr. César Francis, una de las primeras medidas que tomó fue la obligatoriedad de la escolarización en los menores de dieciocho años. De esta forma, sencillamente, quien no cursa y estudia el secundario no puede competir. Es obligatorio terminar el secundario, el cual puede ser cursado por internet. No solo se tomó esta medida, sino que también el Dr. Francis celebró entre la AAT y distintos establecimientos educativos estudiar carreras como el Profesorado de Educación Física o Psicología, entre otras. Todo ello fue acompañado por los vicepresidentes, Mariano Zabaleta y Florencia Labat. Cuando así lo desee, la señora periodista puede visitar la sede de la AAT, sita en Maipú 471, 3er piso, CABA. Allí será bien recibida y se le informará sobre los distintos programas de estudios a los cuales pueden acceder los jugadores. Seguramente, luego de conocerlos, podrá realizar un comentario y/o apreciación más certera sobre el nivel y la formación intelectual de los tenistas.
Alberto Alejandro Calandrino
Miembro titular del Tribunal de Disciplina y Ética de la Asociación Argentina de Tenis.
DNI 14.015.264
Estación Borges
En Vicente López existió una estación llamada Borges. No dejó andenes ni techos de chapa, apenas un nombre perdido en planos ferroviarios del viejo Central Argentino y en la memoria de vecinos mayores. Fue inaugurada en 1896 como parte del Tren del Bajo, que unía Retiro con el Delta del Tigre. Funcionó como apeadero usado por estudiantes y familias que iban a la costa, ya que estaba cerca del río. También impulsó el desarrollo temprano de Florida y La Lucila, porque los terrenos cerca del tren resultaban más atractivos para compradores. La estación operó hasta el 29 de junio de 1961, cuando cerró por la baja cantidad de pasajeros y la falta de rentabilidad, en el marco de la racionalización del servicio ferroviario. El 25 de abril de este año se cumplieron 30 años de la apertura del Tren de la Costa y la vieja estación “fantasma” volvió a ser recordada, como si sus andenes imaginarios y sus paisajes recuperaran historias olvidadas. Así entendemos que los barrios no solo se escriben con cemento, sino con nombres que el tiempo intenta borrar y la memoria elige preservar.
Ian Volker