Carlos III despojó al príncipe Andrés de sus títulos y le ordenó abandonar su residencia en Windsor
LONDRES.- El ...
LONDRES.- El rey Carlos III de Gran Bretaña despojó oficialmente a su hermano menor, el príncipe Andrés, de todos sus títulos y honores reales, y le ordenó abandonar su residencia en Royal Lodge, en Windsor, por sus vínculos con el difunto delincuente sexual Jeffrey Epstein. La decisión, comunicada este jueves por el Palacio de Buckingham, cierra una etapa de años de controversias y supone un nuevo golpe a la imagen de la familia real británica.
“Su Majestad inició hoy un proceso formal para retirar los títulos y honores del príncipe Andrés. El príncipe Andrés pasará a llamarse Andrés Mountbatten-Windsor”, señaló el comunicado difundido por la Casa Real. “Hasta la fecha, su contrato de arrendamiento de Royal Lodge le brindó protección legal para continuar residiendo allí. Se le notificó formalmente la rescisión del contrato y deberá trasladarse a otra vivienda privada”, afirma el comunicado. Su mudanza se concretará “tan pronto como sea posible”, indica.
De acuerdo con la prensa británica, el exduque —título que también perdió oficialmente este mes— se mudará a una propiedad más pequeña dentro de la finca privada de Sandringham, en Norfolk, que será financiada de manera privada por el rey. La cadena BBC afirmó que el miembro de la realeza no habría objetado la decisión del rey Carlos III.
La medida, tomada tras lo que el Buckingham calificó como “graves errores de juicio”, fue adoptada con el conocimiento y apoyo del gobierno británico, que avaló la resolución del monarca.
Por su parte, las princesas Beatriz y Eugenia, sus hijas, conservarán sus títulos, “en consonancia con las Patentes Reales de 1917”, que establecen que los tratamientos honoríficos corresponden a los hijos del soberano o del heredero directo.
Escándalo sexualEn el mensaje difundido, la familia real añadió una declaración inusual: “Sus Majestades desean dejar claro que sus pensamientos y su más sentido pésame han estado, y seguirán estando, con las víctimas y supervivientes de cualquier forma de abuso”. Una línea que busca marcar distancia con Andrés, cuya reputación quedó profundamente dañada tras su amistad con Epstein, condenado por explotación sexual de menores y hallado muerto en una celda de Nueva York en 2019.
El paso dado por Carlos III llega tras nuevas revelaciones que reactivaron las dudas sobre la conducta del príncipe. A comienzos de mes, el propio Andrés había renunciado a su título de duque de York, luego de que resurgieran correos electrónicos de 2011 que lo mostraban en contacto con Epstein meses después de haber asegurado públicamente que su relación había terminado.
El escándalo que rodea a Andrés estalló en 2019, cuando Virginia Giuffre, una de las víctimas de Epstein, lo acusó de haber abusado sexualmente de ella cuando tenía 17 años, algo que él siempre negó. En 2022, el príncipe llegó a un acuerdo extrajudicial con Giuffre, estimado por medios británicos en más de 12 millones de libras, para evitar un juicio en Estados Unidos. Desde entonces, su participación en la vida pública del Reino Unido fue prácticamente nula.
La medida adoptada por el rey representa la culminación de ese proceso de aislamiento. En los últimos años, Andrés había sido apartado de los actos oficiales, privado de su papel como representante de la Corona y despojado de su patrocinio de instituciones militares y benéficas. Sin embargo, conservaba el uso del Royal Lodge, una mansión histórica en Windsor Great Park, donde vivía desde 2004 bajo un contrato de arrendamiento de 75 años.
El desalojo, que según la BBC fue notificado formalmente esta semana, rompe ese vínculo. De este modo, el príncipe pasa a ocupar un lugar simbólicamente marginal dentro de la familia real. Analistas de la monarquía británica interpretan el gesto como un intento de Carlos III por proteger la institución y reforzar su imagen de “tolerancia cero” ante cualquier comportamiento que comprometa la integridad de la Corona.
El futuro inmediato de Andrés Mountbatten-Windsor, de 65 años, parece incierto. El historiador y escritor Andrew Lownie, autor del libro ‘Entitled: The Rise and Fall of the House of York’, señaló a la BBC que el Palacio “finalmente está tomando una acción decisiva”, aunque advirtió que la medida “no bastará para calmar la inquietud pública”. “Por fin están adelantándose a la historia, pero esto no termina aquí”, afirmó. Sobre el estado anímico del príncipe, Lownie describió la situación como una “enorme humillación”. “Ha estado muy deprimido por todo esto, aunque en público se haya mostrado desafiante”, añadió.
Agencias AFP y Reuters