Barcaza, camión y técnicas aeroespaciales: la larga travesía de los pétalos de la Floralis Genérica para volver a su cáliz
”Por el río Paraná venía navegando un piojo, con un hachazo en el ojo y una flor en el ojal”. El latiguillo con el que se canta flor en el truco bien podría ser el epígrafe de estas impres...
”Por el río Paraná venía navegando un piojo, con un hachazo en el ojo y una flor en el ojal”. El latiguillo con el que se canta flor en el truco bien podría ser el epígrafe de estas impresionantes imágenes que muestran a un pétalo gigante navegando en una barcaza para volver a su cáliz de origen.
Ocurrió este fin de semana, cuando fue restituido uno de los dos pétalos que cayeron de la Floralis Genérica por culpa de la gran tormenta de diciembre de 2023. La gigantesca flor metálica del barrio de Recoleta está cada vez más cerca de volver a brillar completa. Hace horas, el gobierno de la ciudad concretó un gran operativo para trasladar e instalar la primera pieza en la icónica escultura porteña.
Traslado e instalación de la Floralis genéricaEl pétalo, de más de tres toneladas de aluminio y acero, debió realizar una travesía de alta complejidad logística y recorrer 150 kilómetros a bordo de una barcaza, a través del río Paraná, para volver a unirse con la estructura principal de la flor en la Plaza de las Naciones Unidas, junto a la Facultad de Derecho de la UBA. Tanto en el traslado traslado como en la restauración se trabajó con técnicas y materiales propios de la industria aeronáutica y aeroespacial, para devolverle su forma original.
El operativo de transporte marcó el inicio de la etapa final de la recuperación, se explicó desde el gobierno porteño. Se prevé que el segundo pétalo recuperado realice una travesía similar durante el mes que viene y así la Floralis finalmente volverá a estar completa.
Creada y donada por el arquitecto argentino Eduardo Catalano, la Floralis Genérica fue inaugurada en 2002 y es reconocida por sus seis pétalos de acero inoxidable y aluminio. Pesa en total 18 toneladas y alcanza más de 20 metros de altura.
El 17 de diciembre de 2023 un fuerte temporal provocó el colapso de dos de sus pétalos. En un primer momento, para su resguardo, fueron trasladados al predio de Infractores de Tránsito, detrás de la aledaña Facultad de Derecho.
En octubre de 2024 se abrió una licitación para realizar los trabajos de restauración. En enero de 2025, los pétalos dañados fueron cargados con el apoyo de una grúa pluma de gran porte sobre camiones carretones y trasladados hasta la planta industrial de la ciudad de Baradero donde se realizó la reparación. Aunque el trayecto de ida fue posible por tierra, ahora la dimensión de los pétalos enteros ya recuperados imposibilitaba su retorno a la ciudad por esa vía, según se explicó. Por eso se decidió el traslado a bordo de una gran barcaza.
En el predio de Baradero, los pétalos se montaron sobre cunas de hierro. Se desmontaron los paneles de recubrimiento de aluminio y se retiraron largueros y costillas de acero dañadas, incluidas estructuras que habían sido agregadas en viejos arreglos parciales. Como parte del proceso de restauración también se realizó una limpieza y arenado para eliminar óxido, corrosión y otras impurezas de la superficie metálica.
Completadas estas primeras tareas, se realizaron los llamados “ensayos de materiales no destructivos”, un conjunto de técnicas utilizadas en las industrias aeroespacial y automotriz que permiten evaluar el estado de las piezas sin dañarlas. Se realizó una inspección asistida con equipos ópticos para detectar defectos superficiales. Además, se aplicó el método de corrientes parásitas, que a través de la inducción de corrientes eléctricas en el material permite detectar posibles defectos o variaciones en sus propiedades.
Una vez fabricadas las piezas nuevas y verificados los componentes originales, se inició el rearmado de los pétalos con sus largueros, costillas y refuerzos. Las piezas se unieron entre sí mediante bulones especiales, utilizados en aeronaves y componentes aeroespaciales por su alta resistencia a la tracción y la fatiga, y por ofrecer un ensamblaje preciso que minimiza el riesgo de aflojamiento por vibraciones.
Concluida la restauración, se concretó el traslado del primero de los pétalos de regreso a Buenos Aires y su instalación en la estructura. Desde la Ciudad informaron que si las condiciones climáticas lo permiten, el segundo será transportado en la primera quincena de noviembre y la Floralis Genérica volverá a estar completa y reparada.
El operativo para trasladar el primer pétalo de la Floralis Genérica comenzó el jueves en la planta industrial. La pieza fue izada con una grúa de gran porte y cargada sobre un camión carretón, diseñado para soportar su peso y dimensiones. El viernes, fue trasladado al puerto local, donde nuevamente fue izado y embarcado para su transporte a través del río Paraná. La barcaza zarpó rumbo al puerto de Buenos Aires ese mismo día por la tarde.
El sábado, luego de recorrer más de 150 kilómetros por el río Paraná y el Río de la Plata, el pétalo arribó al puerto. Con la asistencia de una grúa, fue descargado y colocado sobre un nuevo camión carretón preparado para cubrir el tramo final del recorrido por tierra.
Durante la madrugada del domingo, una vez que las condiciones de tránsito lo permitieron, el convoy avanzó hacia la Plaza de las Naciones Unidas.
Dadas las dimensiones de la pieza, así como las condiciones urbanas del recorrido, se definió una operación logística de alta precisión, coordinada entre diversos organismos técnicos e institucionales.
El plan contempló intervenciones puntuales en distintos sectores del trayecto desde el puerto: cortes temporales de cartelería, giros de semáforos y señalética vial, podas de ramas, elevaciones de cables y, sobre la plaza, la construcción de un camino doble de madera que facilitó las maniobras y el acceso del carretón a la zona de emplazamiento. Finalmente, se iniciaron las tareas que concluyeron con el montaje del pétalo restaurado en la Floralis.