Aviones de guerra aún sin armamento y planes de equipamiento militar en medio de fuertes penurias
La llegada de los primeros seis aviones de combate F-16 comprados a Dinamarca se presenta como un salto de calidad en la mejora del equipamiento militar y distintas voces en las Fuerzas Armadas coi...
La llegada de los primeros seis aviones de combate F-16 comprados a Dinamarca se presenta como un salto de calidad en la mejora del equipamiento militar y distintas voces en las Fuerzas Armadas coinciden en que se trata de la mayor inversión después de la guerra de Malvinas. Pero aún quedan retos pendientes para alcanzar el máximo rendimiento de una inversión que ascenderá a US$650 millones de dólares.
Por lo pronto, este primer lote de aeronaves –el 25% de las 24 unidades incluidas en el contrato con la Real Fuerza Aérea danesa– no transportó bajo sus alas y el fuselaje el armamento gestionado con Estados Unidos, que llegará a mediados de 2026. Si bien el detalle de la carga que acompañará a los aviones forma parte de un riguroso secreto militar, se estima que serán artillados con misiles de corto, mediano y largo alcance, bombas guiadas y el mismo armamento que opera la OTAN, entre otros pertrechos.
Los aviones arribaron al Área Militar Río Cuarto conducidos por pilotos dinamarqueses, tras cruzar el Atlántico y recorrer 12.300 kilómetros junto con tres reabastecedores cedidos por Estados Unidos, más un Boeing 737 y un Hércules C-130 de la Fuerza Aérea Argentina. Los aviadores de nuestro país aún deben completar los estándares de certificación y acreditación, que demandarán unos meses. De los seis aviones que llegaron, cuatro tienen doble cabina, por lo que los pilotos daneses viajaron acompañados por copilotos argentinos.
“Los aviones no vienen con el armamento, que comenzará a llegar a mediados de 2026”, confirmó a LA NACION una fuente castrense. Explicó que volaron con misiles de autodefensa de corto alcance, de color naranja, que favorecen la aerodinámica del avión y se utilizan para ejercicios. Son una señal para alertar a otras aeronaves que no están cumpliendo una función operativa, sino que se trasladan de un lugar a otro.
Por razones de seguridad, el secreto militar no permite revelar la artillería de los F-16. Incluso, en los hangares donde permanecerán los aviones en el Área Militar Río Cuarto –la Fuerza Aérea tiene allí los talleres de mantenimiento de sus aeronaves– y en la VI Brigada Aérea de Tandil se exigirá para ingresar una acreditación especial, a la que no tendrá acceso todo el personal de la Fuerza Aérea. Se aplicará un protocolo estricto, explicaron fuentes aeronáuticas a LA NACION. Se estima que los aviones serán llevados a la base de Tandil dentro de dos años, cuando se completen las obras de remodelación y la construcción de una nueva pista central.
ARGENTINA CAMBIA PARA SIEMPRE.
Así llegaron los F-16 que el Presidente @JMilei adquirió para nuestra @FuerzaAerea_Arg y que hoy aterrizaron en el Área Material Río Cuarto, Córdoba.
HISTÓRICO. VIVA LA PATRIA. 🇦🇷 pic.twitter.com/OZs9xM4aHv
Fuentes militares explicaron que la concepción de un sistema de armas no se limita al armamento incluido en las unidades y explicaron que un Hércules C-130 o un radar cumplen también funciones vitales en una operación. “El sistema de armas es el conjunto de medios, elementos asociados, técnicas y procedimientos, cuya integración conforma un instrumento de combate eficaz para el logro de un objetivo determinado”, explicó un oficial con experiencia de la Fuerza Aérea.
La millonaria inversión de los F-16 y otros materiales incorporados a las Fuerzas Armadas se produce en medio de fuertes reclamos de la familia militar por el retraso salarial, la incumplida equiparación de haberes con las fuerzas de seguridad y la situación de quebranto de la obra social de los militares, que arrastra una deuda cercana a los $200.000 millones y sufre cortes en sus prestaciones.
Con el cambio de gestión en el Ministerio de Defensa se recrean las expectativas para revertir la crisis del Instituto de Obra Social de las Fuerzas Armadas y de Seguridad (Iosfa), que tiene unos 600.000 afiliados. Una opción que se baraja es la posible disolución del organismo y que el Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea vuelvan a tener su propia obra social, como fue históricamente.
Submarinos, un desafíoEn sintonía con el Estado Mayor Conjunto y el Ministerio de Defensa, cada fuerza lleva adelante negociaciones para renovar el equipamiento militar. Desde hace tiempo hay conversaciones con vistas a la posible compra de tres submarinos para la Armada, que no tiene ninguno operativo desde el trágico hundimiento del ARA San Juan, en noviembre de 2017. El personal de la Armada que se forma en la Fuerza de Submarinos realiza sus prácticas y capacitaciones en la Marina de Perú.
En la gestión de Petri hubo contactos con Noruega, Alemania y Francia para evaluar la posible construcción de tres submarinos Scorpène, con el fin de recuperar las capacidades en los espacios marítimos. Según los expertos, la construcción de un submarino podría demandar entre cuatro y cinco años, y exigiría una inversión superior a la de los F-16.
“La inversión de los 24 aviones supersónicos F-16 es equivalente a la compra de un solo submarino”, precisó una fuente militar, al estimar ese costo en más de 500 millones de dólares.
En la región, Brasil lanzó en febrero de 2024 el segundo submarino de este tipo, de construcción propia, y sus autoridades militares apuntan a la fabricación de unidades de propulsión nuclear. Y la Armada de Chile tiene dos Scorpène diseñados para desarrollar misiones de guerra antisubmarina, antisuperficie y operaciones especiales.
Vehículos blindadosDías antes de dejar la jefatura del Ejército en manos de un compañero de promoción y desembarcar en el Ministerio de Defensa, el teniente general Carlos Alberto Presti recibió el miércoles pasado en el Cuartel Militar de Boulogne los vehículos de combate blindados a rueda (VCBR) Stryker 8x8, destinados a favorecer el despliegue rápido y modernizar la capacidad militar de las unidades. La aspiración es incorporar unos 300 vehículos Stryker.
A lo largo del año, el Ejército incorporó helicópteros para montaña Bell 407, equipos de comunicaciones, sistemas de seguridad, drones y unidades antidrones, además de continuar con la modernización de varias unidades del Tanque Argentino Mediano (TAM). Para el primer cuatrimestre de 2026 está prevista la segunda entrega de los vehículos blindados Stryker y también sumaría camiones Unimog 4000, informaron en la fuerza.
También tiene en carpeta la posible compra de fusiles israelíes, con la idea de reemplazar los legendarios FAL, y de materiales para las operaciones que se realizan en el norte. Por ejemplo, cámaras GoPro, que permiten dejar registros de todas las operaciones.
La Fuerza Aérea, en tanto, incorporó dos helicópteros Bell 407 GXI, que fueron destinados a la IV Brigada Aérea, con asiento en Mendoza, con el objetivo de fortalecer las operaciones en alta montaña. Negocia, además, la posible compra de un avión Embraer 140.