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A poco de anunciar el presupuesto del año que viene, Milei modificó las partidas y consolidó el superávit

En las cuentas que hace el equipo económico respecto del presupuesto, siempre importa el color del último renglón: debe estar en azul. Allí, donde se anota el superávit, está prohibido el roj...

A poco de anunciar el presupuesto del año que viene, Milei modificó las partidas y consolidó el superávit

En las cuentas que hace el equipo económico respecto del presupuesto, siempre importa el color del último renglón: debe estar en azul. Allí, donde se anota el superávit, está prohibido el roj...

En las cuentas que hace el equipo económico respecto del presupuesto, siempre importa el color del último renglón: debe estar en azul. Allí, donde se anota el superávit, está prohibido el rojo. Y como sucede en cada una de las medidas que tienen que ver con ingresos y gastos, esa parte del credo de Javier Milei queda expuesto sin dejar dudas.

A modo de resumen, el Gobierno decidió aumentar el gasto en 76 programas, pero, como contrapeso, se redujeron las autorizaciones de desembolsos en 111. Los primeros sumaron $459.673 millones; los segundos, restaron $953.204 millones. Cuando se mire aquel último renglón que desvela a la administración libertaria, pues “se autorizó un incremento en el cálculo de recursos por $261.213 millones (+0,2% respecto a los recursos vigentes previos a esta medida) y una disminución de gastos por $493.531 millones (-0,4% con relación al crédito vigente anterior)”, explicó un informe de la Asociación Argentina de Presupuesto (ASAP).

Como consecuencia de esta decisión administrativa, "el resultado financiero deficitario del Presupuesto de la Administración Pública Nacional arroja una mejora de $754.744 millones, lo que implica que el superávit (incluyendo utilidades del Banco Central) aumenta de $5,914 billones a $6,669 billones, equivalente al 5% de la estimación de recursos totales", sintetizó la entidad.

Este tipo de resoluciones suelen ser un sinceramiento de los movimientos previos. Y esta vez, además, se da un par de días antes de que el Presidente anuncie que enviará el presupuesto del año que viene al Congreso. Justamente, según fuentes oficiales, ese será uno de los ejes de la cadena nacional que protagonizará el lunes.

Como se dijo, hubo varios programas a los que les pasó la motosierra. La modificación impacta tanto en los gastos corrientes como en los de capital (donde se localiza la inversión), con reducciones significativas en áreas como los ministerios de Capital Humano, de Economía y de Seguridad. ¿Quién gana? La Jefatura de Gabinete que maneja Guillermo Francos. La cartera que maneja Sandra Pettovello es la que más dinero pierde con $207.540 millones (0,3% de su presupuesto), seguido por el de que conduce Luis Caputo (2%). Sin embargo, en términos porcentuales el Ministerio de Desregulación es, por lejos, el más afectado. Con una pérdida de $4652 millones, Federico Sturzenegger vio como se le iba de su dependencia el 24,9% de lo que tenía asignado en su billetera.

La mirada por programas es la que ofrece más matices e indica, además, dónde está la prioridad presupuestaria del Gobierno. La Secretaría de Educación perdió $120.033 millones. La motosierra afectó a los programas de Gestión y Asignación de Becas a Estudiantes ($44.270 millones); Desarrollo de la Educación Superior ($40.000 millones) e Infraestructura y Equipamiento ($12.451 millones). Además, las partidas de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia se redujeron en $67.910 millones, principalmente en el programa destinado a Acciones de Inclusión Social ($55.316 millones).

Finalmente, la cartera de Pettovello redujo su presupuesto en la Secretaría de Trabajo, Empleo y Seguridad Social en $19.480 millones y de la Biblioteca Nacional “Doctor Mariano Moreno” en $234 millones.

Hay algunos movimientos que bien pueden ilusionar a algunos que reclaman obra pública. Dentro del Ministerio de Economía, Infraestructura Económica y Social y políticas de Hidrocarburos, además de los de administración central, perdieron cerca de $420.000 millones. Con parte de eso le darán rienda suelta a Vialidad Nacional, un organismo que quedó en la nebulosa después de que el decreto de extinción fuera rechazado por el Congreso, que sumará $191.003 millones, principalmente para los programas “Construcción de Autopistas y Autovías”, “Ejecución Obras de Mantenimiento y Rehabilitación en Red por Administración” y “Repavimentación de Rutas Nacionales”.

Ahora bien, este monto qué significa respecto de la necesidad de inversión del mundo vial argentino. Poco, dado el nivel de deterioro de los corredores.

También dentro del Palacio de Hacienda, las empresas públicas también perdieron presupuesto. AySA (-$95.000 millones), Nucleoeléctrica Argentina (-$22.622 millones) y Yacyretá ($10.000 millones) fueron recortadas. La caja de las empresas públicas ubicadas dentro de la Secretaría de Transporte fueron otras de las que vieron el paso arrollador de la motosierra. Las estatales Operador Ferroviario (-$24.308 millones); Belgrano Cargas ($7.323 millones) y la Administración de Infraestructuras Ferroviarias (-$6.426 millones) también perdieron dinero de la caja.

Las decisiones administrativas para mover partidas presupuestarias es la manera que utiliza el Poder Ejecutivo para dar de alta a los ingresos y cambiar el destino del gasto público. Sin ley de presupuesto ni en 2024 ni en 2025, esta herramienta se convirtió en la única manera de gestionar la caja estatal. Será la muñeca de Milei y su mesa política la que tendrá la tarea de encontrar acuerdos para que la falta de ley de leyes no se prolongue otro año más.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/economia/a-poco-de-anunciar-el-presupuesto-del-ano-que-viene-milei-modifico-las-partidas-y-consolido-el-nid11092025/

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